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Joan Sales,
o la tenebrosa tempestad


per Xavier Pla




"La guerra ha sido para mí la gran experiencia de mi vida, lo que más me ha interesado, lo que más me ha apasionado. Yo creo que el escritor debe constituirse en testimonio de la verdad."

Con estas palabras el escritor Joan Sales resume quizás de un modo emblemático el impacto que representó para toda una generación de novelistas catalanes (Calders, Tísner, Amat-Piniella, Rodoreda, Ferran de Pol...) el estallido de la guerra civil española. Como miembros del bando vencido, estos autores tuvieron que justificarse continuamente ante la historia y, como novelistas, se vieron en la necesidad de plantearse cómo podían dar forma narrativa a sus experiencias en el frente, la trinchera, los campos de concentración o la retaguardia. Entre la autobiografía y la novela, entre la necesaria veracidad del relato y las distintas formas de ficcionalización literaria, la novelística catalana afrontó con obvias dificultades el tema de la guerra. Tres obras destacan por sus valores propios: Unitats de xoc, de Pere Calders, un reportaje novelado publicado antes del final de la guerra; 556 Brigada Mixta, una novela de Tísner publicada en el exilio en 1945; y, sobre todo, Incerta glòria de Joan Sales, pensada y madurada, escrita con más tiempo y reposo, publicada por primera vez en 1956, aunque mutilada por la censura franquista, y que fue inmediatamente traducida al francés y al castellano.

Ambiciosa y polémica Incerta glòria se erige como un monumento, bello y solitario, de la novela catalana de postguerra. Casi es un tópico afirmar que se trata de la primera novela catalana que muestra la guerra de España desde la perspectiva de los vencidos. Y ciertamente lo es, pero su pretensión era más ambiciosa y quizás también más polémica: mostrar la guerra en toda su complejidad moral, evitar visiones maniqueas o dogmáticas, y hacerlo desde una incómoda visión nacionalista catalana y, por lo tanto, republicana, pero a la vez católica, lo que le permitía denunciar con igual virulencia tanto a fascistas como a anarquistas, tanto a los negros como a los rojos. Y sostener una fundamentada crítica a todas las ideologías en pro de la reconciliación colectiva. Y es que el barcelonés Joan Sales (1912-1983) es ante todo un hombre independiente, un outsider de la literatura catalana, un verdadero escritor de acción que encarna como nadie la figura del militante, del escritor soldado al servicio de sus causas preferidas: Catalunya, la libertad y la democracia, la novela y su público lector.

Amigo del poeta Màrius Torres, colaborador de Joan Corominas, editor de Rodoreda y de Villalonga, Joan Sales presenta una biografía de rasgos peculiares: comunista en su juventud, se convirtió al catolicismo poco tiempo después de la guerra, partidario durante el exilio de constituir unidades de soldados catalanes para luchar a favor de los aliados, excelente poeta de estirpe baudelairiana, escritor antinoucentista y antipedante, lector apasionado del Quijote o traductor de Dostoievski, Mauriac y Kazantzakis. A través del itinerario vital de cuatro personajes -un soldado republicano en el frente de Aragón, una anarquista convertida al catolicismo, un joven seminarista de clara influencia sartriana y, sobre todo, Juli Soleràs, un personaje alucinado, excéntrico y turbador -las cuatro partes de esta extensa y vigorosa novela ofrecen un testimonio excepcional sobre la guerra civil española dotado de un enorme potencial simbólico. Por esto, sus personajes, inmersos en una profunda crisis existencial, en un tenso conflicto moral, afrontan con dureza su juventud, su soledad y su propio destino.

La obra de Sales se incluye en lo que los críticos franceses llaman la novela de la "conciencia desgarrada", en la que resalta una perspectiva metafísica que alimenta el tema del mal y de sus motivos (desespero, odio, venganza, violencia, muerte) y el de la salvación (gracia, amor, gloria, combates internos y externos). Y las diversas tramas narrativas la convierten en una gran novela clásica sobre el amor y el odio, sobre la juventud y la madurez, sobre la guerra y la revolución, sobre tres hombres enamorados de la misma mujer. En Incerta glòria, novela elogiada por la crítica francesa y española y acogida con reticencias por la catalana, hay drama y poesía, santidad y crueldad, realismo casi grosero y meditaciones filosóficas, todo crepita como en un incendio y cruje como en una tempestad.

La novela debe su título a un verso de Shakespeare extraído de Los dos caballeros de Verona -"the uncertain glory of an April day"- y fue elegido en recuerdo de un intenso día de primavera, el 14 de abril de 1931, símbolo de todas la ilusiones de una generación. Sales construye su relato en torno de una figura enigmática, excéntrica y original, Juli Soleràs, cuyas iniciales coinciden con las del autor y también con las de Julien Sorel, el célebre protagonista de El rojo y el negro, de Stendhal. Se trata de un chico inteligente, de mucha cultura (cita constantemente a Baudelaire, Nietszche y Schopenhauer), una especie de preexistencialista cínico que vive instalado en la duda permanente, siente un especial gusto por el fracaso y está obsesionado por las perversiones sexuales. Cuando no está, los otros le echan en falta, cuando reaparece, provoca repulsión, pero todos se sienten fatalmente atraídos por su fuerte personalidad y, sobre todo, por sus provocativas reflexiones, que se concretan en una hilarante antología de "estirabots" sobre los grandes temas del libro, como la desacralización del amor: "Quan un home i una dona es besen, no aconsegueixen més que unir els seus tubs digestius per l'extrem superior"; la atracción del mal: "Ens ha estat concedit tan poc temps per fer tot el mal que voldríem! En faríem molt més, però bah, no tenim temps"; la juventud: "Algun dia ens caurà la cara de vergonya d'haver tingut disset anys. Perquè és una edat idiota; afigura't, som els homes del futur!, la pura inexistència! Encara no som res i ja ens hem traït mil vegades a nosaltres mateixos"; el ansia de gloria; "La glòria cansa, només s'aguanta un instant. Però quin instant! Tots vivim per aquest instant…!"; o los imbéciles: "El futur és dels imbècils! Benaventurats els imbècils, perquè es faran amos del món". Obsceno y macabro Vital y contradictorio, Soleràs es un personaje alucinado que deambula solitariamente sintiendo en su propia piel el absurdo y obsesionado por la vida y la muerte, por lo que el llama "el obsceno y el macabro". De pronto, desaparece sin dar explicaciones, abandona la trinchera republicana y se pasa al otro bando. Al final de la novela, se sabrá que, al darse cuenta de la victoria franquista, Soleràs habría vuelto al bando republicano, donde habría muerto. Se trata del único personaje de la novela que muere joven, y solo podía morir como un perdedor. Su dramático final, al renunciar a ser un vencedor, ayuda a entender su caída y redención, la gran lección de Soleràs, que será justamente aceptar la derrota y el fracaso como componentes esenciales de la vida humana. Y el denunciar que, si en la guerra hay alguna expresión de gloria, ésta sólo es percibida por los jóvenes: "Guanyi qui guanyi, jo ja he perdut".

A Joan Sales le gustaba repetir un verso de Baudelaire, "ma jeunesse ne fut qu'un tenebreux orage". Unas palabras que parecen confirmar que la única gloria es la del tiempo de juventud, una tormenta tenebrosa resquebrajada por algunos relámpagos de gloria. Al terminar la guerra, los personajes de Incerta glòria parecen despertar de un extraño sueño. Dejaron de ser jóvenes, el abril de las ilusiones y el deseo se les escapa inexorablemente, y lo que llegará después, siempre según el magnífico Juli Soleràs, será el absurdo, o más bien, la náusea: "El que vindrà després serà la nàusea, ¿o potser no n'has sentit a parlar? ¿Decididament no et sona el nom?"


La Vanguardia, 5 de novembre 2003